LA TEJEDORA DE QUEBRADA HONDA

Con sus llamativos sombreros de palma india se lucen los chavalos del grupo de danza de la casa municipal de cultura Carlos Arroyo Pineda. Debido a su casi ceguera y al inclemente paso de los años, dilata hasta dos días en elaborarlos. Eso sí, su estilo único y calidad aún los preserva.

Doña Atanasia Hernández, es la matrona de 71 años en el sector Los Navarrete de Quebrada Honda. Sus laboriosas manos de origen indígena han parido tantos sombreros que ya están llegando a sus límites.

Sus enriquecedores conocimientos de tejedora autóctona, según recuerda, se vienen transmitiendo desde Jucuapa de forma generacional. Así, recuerda a su abuelo Teodoro Hernández, que enseñó esta arte a su mamá Rosario, quien al casarse con Jeremías Quintero se vino a Quebrada Honda.

Rosario no solo enseñó a su esposo Jeremías, sino que también heredó sus conocimientos a su hija Atanasia y a sus otros hijos. En el sector No. 2, conocido más como Los Navarrete, también estaba la señora Mónica Navarrete que, al igual que doña Rosario, cultivó el conocimiento entre su descendencia.

Las manos de doña Rosario están cansadas al igual que sus ojos. Junto a su marido Andrés Navarrete Aguilar tejió una familia con varios hijos y nietos a los que ya heredaron sus conocimientos ancestrales. La palma milagrosa que permite que ellos, sus hijos y nietos elaboren los sombreros matagalpinos, está escaseando en su entorno. Su pequeño solar no les permite cultivarla y deben comprarla a precios algo elevados dentro y fuera de la comunidad.

Elaborar estos sombreros requiere de mucho esfuerzo y paciencia, pero su arte está en peligro de desaparecer por la carencia de materia prima, el bajo precio del producto ya elaborado y el poco interés que, a falta de rentabilidad, está mostrando la nueva generación de tejedores.

Esta pareja de ancianos y sus descendientes, no solo elaboran sombreros. Con la misma palma indígena también fabrican excelentes escobas para barrer, que poco a poco han venido siendo desplazadas por las elaboradas con plástico. De esta misma palma, también salen las pequeñas cruces de pala bendita de los miércoles de cenizas y pequeñas escobas de juguetes que se regalan para las purísimas.

Tanto el gobierno municipal como otras instituciones hacen esfuerzos por mantener apoyo a los tejedores para que se puedan mantener a flote, pero también se hace necesario el apoyo de todos los sectores ante el peligro de que una de las principales manifestaciones culturales matagalpinas desaparezca.

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